COMO SABER ESCUCHAR
Oír y escuchar son dos actitudes
distintas. Al cabo de un día se oyen muchas cosas pero se escucha poco. Cuando
oímos no préstamos una atención profunda, sino que simplemente captamos la
sucesión de sonidos que se produce a nuestro alrededor. Mientras que cuando
escuchamos nuestra atención va dirigida hacia algún sonido o mensaje
específico, es decir, existe una intencionalidad, encontrándose todos nuestros
sentidos enfocados a lo que estamos recibiendo. Así, las personas que saben
escuchar a otros, los acompañan en su viaje por la vida.
TÉCNICAS PARA SABER
ESCUCHAR
1).- Abre tu lenguaje corporal. Tu lenguaje corporal
revela si estás o no interesado en una historia. Cuando escuchas activamente a
alguien, te inclinas un poco hacia adelante y haces contacto visual. Una simple
sonrisa y un asentimiento ocasional mostrarán que estás interesado e
involucrado con lo que la otra persona dice.
2).- Mantente
involucrado. Si estás en un lugar muy lleno y ocupado, enfócate más en la
persona con la que estás hablando y menos en lo que sucede a tu alrededor. De
la misma manera, cuando estás hablando por teléfono, dale la espalda a tu
computadora y bríndale a la persona toda tu atención. Cuando te distraes con la
tecnología, haces sentir a las personas que son poco importantes.
3).- Resiste la necesidad
de interrumpir. Puede serte tentador terminar la oración de la otra persona
para demostrar que entiendes el mensaje, pero esto puede parecer grosero de tu
parte. Escuchar construye confianza. Si interrumpes a alguien -aunque tus
intenciones sean buenas- se le niega la oportunidad de expresar sus sentimientos
y emociones. Para asegurarte que no interrumpirás, siempre páusate unos cuantos
segundos antes de responder
4).- Haz preguntas. La
palabra más poderosa en una conversación es: “Cuéntame”. Las personas se
sienten bien cuando les haces preguntas pertinentes y escuchas activamente sus
respuestas. Si tomas un interés activo en la vida de los demás, se te regresará
el favor
5).- Practica el escuchar
empáticamente. Escucha no sólo con tus oídos, sino también con tus ojos y
corazón. No tienes que estar de acuerdo con la persona, pero sí imagina cómo se
siente. Ponte en los zapatos de tu interlocutor para comprender completamente
su punto de vista.
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